jueves, 29 de diciembre de 2011
Karl Sanders, Saurian Exorcisms
(The End, 2009)
Karl Sanders (líder de la banda de death metal Nile) es uno de esos músicos del mundo del metal extremo que esporádica o regularmente dan un giro completo a la forma sobre la que vierten su creatividad, volviéndose al folk. Ese folk, a menudo acaba siendo, en su fondo, algo no demasiado lejano en espíritu al metal extremo, o esa es mi impresión. En el caso de este multiinstrumentista y compositor, su propuesta está a medio camino entre una relectura posmoderna, progresiva y ecléctica de las tradiciones musicales y míticas del Oriente Medio (principalmente Egipto), y la banda sonora sinfónica de película épica, todo ello en clave de ambient de tendencias oscuras y perturbadoras made in metal. Para ello, no escatima en recursos, pero la cosa no se queda en un mero circo de fuegos artificiales, ni mucho menos; hay creatividad, técnica y talento a raudales, aquí, además de una interesante variedad de instrumentos atípicos, como el baglama o saz, un laúd turco, que Sanders toca de una manera no tradicional.
Pero lo mejor es que esta música tiene la fuerza para transportarte a un mundo antiguo, mágico, oscuro y peligroso. De hechicerías, sangre, serpientes y espadas. Las imágenes, la vida que recrea, podrían ser de este planeta o de otro; en todo caso, logra despertar una viva sensación de lo ajeno y lo fascinante, esa mezcla de atracción y horror ante abismos olvidados pero latentes bajo la superficie del ser humano y el mundo. El miedo, el delirio, el asombro, vibra en esas percusiones y esos arreglos formidables. El autor comenta que espera que su música resulte relajante e imaginativa, que sea capaz de llevarte a otros lugares. Desde luego, impresiona y se te lleva de viaje por un rato, aunque también acompaña muy bien si estás leyendo, digamos, un buen cómic de Conan el Bárbaro.
[escucha "kali ma" / the end records]
miércoles, 28 de diciembre de 2011
Manta Ray, Manta Ray
(Subterfuge, 1995)
El primer disco de Manta Ray, una joya del rock hecho en España. O del pop; siempre me ha parecido un disco especialmente difícil de clasificar, lo que significa tal vez que es muy libre de las etiquetas, una prueba de su brillantez. Yo por entonces lo llamaba post-rock, no sé si por capricho mío o de algún clasificador profesional; más tarde me pareció rock experimental; ahora leo slowcore y no sé qué pensar. Manta Ray suena a Manta Ray. Quizás en mi ignorancia, en mi corazón al menos, su sonido es único, a pesar de que haya algunas influencias más o menos claras de su tiempo en este primer álbum (donde aun con todo está ya bien presente su propio sonido), y sobre todo en las grabaciones previas, más convencionales. Ese sonido misterioso, oscuro y como un poco casero que hace tan especial este disco, se desarrollaría después con formas más abiertas y exploradoras. Aquí, hay en cambio canciones muy directas y concretas, llenas de emoción, delicadeza y potencia, devastadoras a veces, dirigidas por una voz única y esforzada que fluye y transmite en armonía total con la banda. Y ese dominio, esa energía, ese minucioso amor de lo instrumental.
viernes, 23 de diciembre de 2011
Panda Bear, Tomboy
(Paw Tracks, 2011)
En su retorno tras el alucinante Person Pitch, Panda Bear propone algo diferente. Aquella locura multicolor veraniega deja paso a una psicodelia electrónica más contenida y de tonos grises. Antes que como un disco para escuchar de principio a fin, veo Tomboy como una colección de canciones algo dispares, a pesar de que su atmósfera de eco, sus colores metálicos, ese tono emocional resacoso y la penumbra que lo inunda le dan una cohesión bastante clara. La colección me parece en general inspirada y hábil, aunque algo irregular en el reparto del brillo entre las canciones. Destacaría "Slow Motion", "Tomboy", "Scheherazade", y el trance de "Afterburner". Otras, en cambio, no parecen acabar de despegar. Son, en todo caso, nuevos territorios para el artista, tal vez más cerca de la estructura pop, tal vez menos arrebatado por los dioses, pero creciendo y explorando.
[vídeo de "slow motion" / tomboy en paw tracks]
Etiquetas:
Animal Collective,
Panda Bear,
reseñas
martes, 20 de diciembre de 2011
Reverend Bizarre, In the Rectory of the Bizarre Reverend
(Sinister Figure, 2002)
Llegué entre las sombras y el aquelarre me envolvió con su laureada invitación: "Empieza el baile, ¿no te unirás a mí?". Los bosques oscuros me absorbieron en su red de sueños, y las palabras del sombrío bardo se clavaron finalmente en la presa, atrayéndola, amándola: "Este es un viaje a un mundo mejor", decía. No le creí, pero le entendí y le acompañé, y la belleza del jardín lo fue todo en su lento devenir.
En la claridad de este aquelarre, puedes oír el crepitar de las texturas, sentir el temblor, la vibración de la energía de los instrumentos. Todos los músicos son brujos muy conscientes que tocan con esmerada atención, pues la lentitud es una religión y vierten en ello todo el poder, sin guardarse nada. La voz de Albert guía el viaje con emoción y energía, y cada una de las tonadas guarda para ti el placer secreto del estremecimiento. A veces, el baile se agita y se acelera, hiperventilando tu alma danzante con los vapores del ritmo de eras lejanas.
El fin se acerca. "Cirith Ungol", la última canción del bizarro bardo, te traslada al penoso tramo final de aquel viaje definitivo a través de Mordor, y puedes sentir cómo se extienden las sombras, lentamente, en sus yermas tierras, y entrevés quizás el negro más profundo que precede al amanecer. Y experimentas, sin juzgarlo, permitiéndote sentirlo, lo bello, lo cálido de lo oscuro, el reverberar inquietante y reconfortante que resuena en las tinieblas: Dooooooom... Es un viaje que se demora, que no termina nunca, y sin embargo es hermoso y agradeces cada paso, y al fin llega el nuevo día y somos libres, y no hay nada más que decir.
Lumerians, Transmalinnia
(Knitting Factory, 2011)
Mesurado, directo y actual como para ser pop, este disco contiene a la vez la exploración cósmica del rock espacial más energético, la magia de la psicodelia clásica más estrellada y vital. Lumerians parecen tener un sonido propio, sólido y muy prometedor, pero resuenan ecos (causales o casuales) a los primeros Pink Floyd, a Hawkwind, al krautrock. Y, en mi memoria, a los Manta Ray más experimentales, lo cual le da un encanto extra.
El disco se abre con "Burning Mirrors", un hit potencial que ya lanzaron el año pasado en single de vinilo. A partir de ahí, el viaje no aburre en ningún momento. Entre los ocasionales cantos reverberantes, prima ante todo lo instrumental, que el grupo maneja con maestría, creando un ambiente de penumbra interestelar, misterioso e hipnótico, con sus ritmos y bajos repetitivos pero extraños, la electricidad de sus guitarras alucinadas, la presencia envolvente de los teclados, las flautas y todos esos brillos, percusiones y vibraciones que titilan en la oscuridad.
El juego de la música de Lumerians, el evocador arte de sus portadas, traslucen una psiconáutica sonora e imaginal inspirada e inspiradora. Para mí, esta es la revelación del 2011, el debut de lujo, un disco tremendo que tal vez presagie grandes sorpresas para el futuro.
sábado, 17 de diciembre de 2011
A Winged Victory for the Sullen, A Winged Victory for the Sullen
(Kranky, 2011)
Una obra bella, cautivadora, delicada de ambient a base de drones sintéticos, piano y cuerdas, y lo más parecido a un nuevo disco de Stars of the Lid que tenemos por ahora. Tras esa deliciosa portada (probablemente la más bonita del año), se esconde una expansividad melódica conmovedora, una música que, sin innovar en la forma, no cae en esa frecuente homogeneidad del género, sino que resulta sorprendentemente sólida y efectiva, ganando más y más a cada escucha. Se nota el toque Stars, pero ese piano tan bien tocado, tan mesurado, tan sabio, le da una cohesión distinta, una especie de concreción y dirección, algo parecido a un ritmo más claro, que da a los temas una forma melódica, un completarse y un redondearse distinto, a través de esa fluidez tan sedante. A flotar.
[escucha "requiem for the static king part two" / awvfts / kranky]
Etiquetas:
A Winged Victory for the Sullen,
reseñas,
Stars of the Lid
Suscribirse a:
Entradas (Atom)