sábado, 12 de septiembre de 2015

Max Corbacho, Splendid Labyrinths



(2015)

El nuevo trabajo de Max Corbacho es uno de esos discos que van desplegándose a medida que los vuelves a escuchar una y otra vez, revelando su profundidad poco a poco, de manera que un buen día te encuentras sumergido en sus paisajes sonoros con una sensación difícil de definir, como si las piezas empezaran a encajar, o como ver un paisaje grandioso por primera vez aunque ya lo hayas visto muchas veces. Asombro es tal vez la palabra que expresa mejor lo que me hace sentir esta música. Evoca en cierto modo el asombro ante lo numinoso de la vida. Su música siempre ha explorado esos terrenos, y Splendid Labyrinths viene a ser un nuevo paso en ese camino.

Si en The Ocean Inside, su anterior trabajo, me encontré flotando en unas profundidades azules de belleza submarina, esta vez es más como un viaje soñado a mundos astrales de espacios nebulosos, túneles de luz y patrones de armonía secreta. La experiencia comienza en una espiral luminosa que te lleva a no sabes dónde, más allá y más profundo, a un abismo sin fondo que es en realidad un viaje que nunca acaba. La senda luminosa fluye hacia el centro. El abismo te atrae y te dejas absorber en el interior, más y más profundo. A partir de ahí, todo es un mecerse en el espacio, un oleaje de ondas luminosas que se suceden bajo capas de nubes vaporosas, un fundirse en la belleza de paisajes sonoros que evolucionan siempre como en torno a un centro que eres tú en lo más íntimo, un ir y venir en espiral, un sueño en constante transformación que acaba disolviéndose en el silencio.

Con Splendid Labyrinths, Max Corbacho continúa su periplo musical por el misterio de los espacios infinitos abriendo puertas a mundos imaginados, ocultos, que a veces puede uno percibir a través de la magia del arte. La música es un misterio que hace en nosotros cosas extrañas, y esta música en especial, que se inspira en lo ilimitado, es una fuente de disfrute extraño y poderoso. Este disco es una obra artesanal que destaca tanto en la urdimbre técnica como en la habilidad para conectar con esas profundidades que hay en el mundo y en nosotros. Esta música te transporta, porque está hecha con amor, y no puede ser descrita sino con resonancias líricas: belleza, luz, imaginación.


viernes, 22 de mayo de 2015

2014 en música

Una selección de diez de los discos del año pasado que más he venido disfrutando. En orden alfabético.






Aphex Twin, Syro
(Warp)

La IDM de Aphex Twin resulta aquí tan entretenida, creativa y bien ensamblada como en algunos de sus mejores momentos. Más allá de las expectativas, es una buena colección de acid techno de la vieja escuela con su sello personal, que tal vez no rompe esquemas pero gana a cada escucha. Todo suena muy bien y muy equilibrado, como el trabajo de un artesano que sabe hacer un artilugio de calidad. Es de destacar esa notable capacidad que tiene de mantenerte atento y a la escucha con viejos recursos y su inconfundible buena mano para la melodía, el ritmo y, en fin, el arte de hacer música electrónica.




Lucette Bourdin, Brushtrokes Echo

Conmovedor recopilatorio del ambient espacial que esta artista se dedicó a componer durante los años de su enfermedad hasta su muerte. Desde que oí "Drowning in Drone" en SomaFM, quedé impresionado y de alguna manera fascinado por su música y por la circunstancia vital que rodeó a su creación, esa canalización de belleza y paz a través del arte, en medio del sufrimiento. Esta antología recoge algunas de las obras que fue publicando en netlabels, piezas de ambient expansivo, cósmico, con un sentido de la maravilla y una marcada feminidad que le dan un carácter único y una sensibilidad muy especial.




Vashti Bunyan, Heartleap

El regreso de Vashti Bunyan es tan encantador y bonito como era de esperar. Su música, su voz, tienen esa delicadeza, esa belleza y esa capacidad de conmover las fibras más sutiles, que conocemos tan bien de sus otros dos discos. Su despedida discográfica nos deja una nueva colección de canciones que vibran en esa misma frecuencia contemplativa y apacible, capaces de conquistar tu corazón sin prisas y con esa serena sensibilidad, ese amor.




Earth, Primitive and Deadly

Este es el disco que más me ha sorprendido, y el que más he escuchado y sigo escuchando con frecuencia, de toda la lista. Earth, banda exponente del drone metal y aledaños, y al mismo tiempo inclasificables, independientes de toda etiqueta y cauce, artífices de su propio lenguaje, inimitables, se reencarnan en un grupo de rock psicodélico y se marcan este puñado de temazos que desafían sus propios límites y los barómetros de calidad de un género muy de moda ahora. Earth no están disfrazándose, en realidad. Lo suyo es el rock lento, son artesanos y maestros en ese gremio o religión, y su música en este disco suena amenazadora y sinuosa como una serpiente. La maravillosa portada lo termina de redondear.




Natural Snow Buildings, The Night Country

Nueva entrega de las exploraciones de otros mundos que esta pareja de brujos viene canalizando en forma de psicodelia folk y jams de drone telúrico-cósmico. Natural Snow Buildings parece ser, a estas alturas, una tradición musical, con todo lo que conlleva la palabra tradición: creatividad y experimentación dentro de unos límites más o menos claros. Es un alivio que sigan ahí tejiendo, soñando, como sólo ellos saben hacer. Si te paras a escuchar y conectas, esta colección de canciones es, como siempre, íntima y maravillosa. Te transporta. [Reseña]
 




Orphan Fairytale, My Favourite Fairytale

Ondas y sueños para perderse. Mantras de la naturaleza, sinfonías de gotas de agua y reflejos cristalinos. Este recopilatorio recoge cuatro piezas largas de la artista, publicadas en los últimos años, joyas multifacéticas que asoman a universos de patrones geométricos extraños que viven y te envuelven como hechizos, como mundos incomprensibles en expansión. Feérico, hipnótico, onírico, extraño y encantador.




Stag Hare, Gazer
(self released)

El drone gozoso de Stag Hare, más desnudo y espacial que nunca, en cuatro miradas que te dejan flotando en su sonar a cielo. 




Jonn Serrie, Day Star

Jonn Serrie, artista conocido dentro de la new age desde su clásico And the Stars Go With You de 1987, ha tenido varias vertientes musicales, siendo la de aquel debut la que le identifica como un autor fundamental de la música espacial. Música de planetarios, de visiones idílicas de un espacio lleno de sentido de la maravilla, asombro y promesas de exploración, a eso suena su música. Sus grandes discos en esta línea son increíbles, realmente te transportan a ese imaginario de espacios siderales y nebulosas multicolor, y este no es menos grande que sus mejores títulos.




Tuluum Shimmering, The Sky Tree

La música hipnótica, repetitiva y llena de vida de Tuluum Shimmering, en un delirio progresivo que te deja sin palabras. El uso del piano, en su progresiva exaltación, resulta impactante. Un disco tremendo en la siempre brillante discografía de este prolífico artista.




Ulaan Passerine, Byzantium Crow

Este disco recrea en mi imaginación la historia de un aprendiz de maestre que, tras huir de la Ciudadela en circunstancias sospechosas, cruzó el Muro y se unió al Pueblo Libre. Más tarde abandonó a Mance Rayder y, junto con otros renegados que como él eran músicos avezados, se montó un conventículo en una caverna abandonada, donde se dedican a improvisar jams hipnóticas bajo la influencia de las energías mágicas de un viejo arciano del lugar. El cuervo de la portada escucha y asiente, complacido.



miércoles, 15 de abril de 2015

Natural Snow Buildings, The Night Country



(Self-released, 2014 / Vulpiano, 2015)

Esta pareja de músicos ha conectado con energías de otros mundos, han conectado entre ellos y han conectado conmigo y con muchos otros seres humanos desde hace ya unos cuantos años, y a través de todo este tiempo han desarrollado un lenguaje que, dentro de su carácter experimental, tiene unos rasgos más o menos definidos. Natural Snow Buildings parece ser, a estas alturas, una tradición musical, con todo lo que conlleva la palabra tradición: creatividad y experimentación dentro de unos límites. No hay límites realmente, sino los que marca su lenguaje, que es un lenguaje en evolución y con límites sólo aparentes, porque no hay nada a lo que aferrarse en los mundos totalmente otros a los que Natural Snow Buildings se asoman en su experimentación. Su música puede no resultar ya tan impactante como en 2007 a quien les haya seguido estos años, y siempre está el peligro de caer en la trampa del lenguaje y decir: ah, esto ya lo he escuchado. La realidad es que, si te paras a escuchar y conectas, esta música es, como siempre, maravillosa.

Todo lo grande y bello que esta pareja de brujos saben hacer está aquí. Nanas como "Where Your Body Split" y "Eli's Song" te mecen con lo íntimo de la voz y esa familiar guitarra que tan bien se entralaza con ella, haciéndote sentir triste y feliz a la vez en poco más de dos minutos. "You'll Become What You Fear the Most", "Rusty Knives Valley", son de esas piezas largas capaces de llevarte a mundos de ensueño en las alas de sus hipnóticas jams electroacústicas, como el drone infinito de "The Night Country" o la oscuridad de "Sister Ritual" o "Sandman Traps". Estas canciones vienen de nuevo a hacerte sentir que no sabes cómo te sientes pero por favor que no pare de sonar, pues tienen siempre algo de esa magia que nos enamoró en "Wisconsin" y en aquellas maravillas de The Dance of the Moon and the Sun. Esa energía cósmica y telúrica, esas puertas a otros mundos, ese snow folk de brujería y hojarasca y penumbra.

A veces pasa que la música de una banda llega a ti en una etapa concreta de tu vida y conectas profundamente con ellos, con su mensaje, con las energías que canalizan. Luego miras atrás y asocias aquellas experiencias que viviste, aquellos libros que leíste (en mi caso, Castaneda y NSB van de la mano), lo que sea, con esta música que tan mágicamente armonizó contigo. Las modas pasan, los booms se pierden en el olvido, pero hay algo muy especial en toda aquella ola de folk mágico, algo que no muere, y Mehdi y Solange siguen en ese mundo y con el mismo espíritu, ajenos a todo comercialismo, explorando y haciéndonos partícipes de sus oníricas exploraciones. ¡Es muy de agradecer!

Aunque en un principio este disco salió en una limitadísima edición en CD-R, ahora está disponible su versión digital a través de Vulpiano Records.



free download

[reseña también publicada en microphones in the trees!]