viernes, 20 de abril de 2007

Camera Obscura, Let's Get Out of This Country


(Elefant, 2006)

Es el disco que acabó con las comparaciones, lo cual ha de haber supuesto para los Camera Obscura algo así como una liberación. Aun no siendo un gran conocedor de la discografía de Belle and Sebastian, no creo que me equivoque al no encontrar tras la bonita portada de la chica de la camisa verde (¿o azul?) ningún rasgo que remita directamente a aquéllos. Precisamente, una de las cualidades más notables de este disco es, en mi opinión, ese sonido propio que han conseguido, fácilmente identificable, que no se presta a comparaciones directas con nadie. Los escoceses han sabido destilar su propio rock, de alta calidad y sabor añejo.

Diez pistas, diez canciones bonitas. Pocas veces se encuentra un disco de pop fresco y directo tan consistente y satisfactorio como éste. Las claves: melodías perfectas, los instrumentos dibujando paisajes trémulos de acuarela, ese hammond soñador, la voz dulce y confiada de Tracyanne Campbell llevándose tu corazón de viaje y tocando las fibras adecuadas en los momentos precisos, una producción impecable, como de otro tiempo, con reminiscencias de los cincuenta, toques de soul, country, folk y un sabor intenso a inocencia, a la pureza y la exaltación de los corazones adolescentes arrebatados, a la ingravidez de los enamorados. Canciones como "Lloyd, I’m Ready To Be Heartbroken" son de ésas que puedes escuchar mil veces y aún te emocionan. Hay pocas cuyo sonido evoque sentimientos de ternura y romance sin que resulten insípidas o depresivas. Este disco está lleno de ellas, resultando maduro, tranquilo, visiblemente trabajado. Transpira una clara confianza y una serenidad sorprendente con encanto, magia, delicadeza y calidad en una mezcla estimulante de cinco décadas de simplicidad pop.

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