miércoles, 14 de noviembre de 2007

Yes, Relayer


(Atlantic, 1974)

Relayer es un disco complejo y repleto de ingenio, más aún que otros anteriores (y más populares) trabajos de Yes como Fragile o el soberbio Close To The Edge, y requiere atención entregada para captarlo en toda su grandeza. Es, seguramente, uno de los momentos más altos del rock progresivo sinfónico. Aquí, Jon Anderson se supera a nivel compositivo abordando ambiciosas estructuras que desafían las expansiones del concepto de canción con que ya jugó en "Close To The Edge". Los miembros del grupo dan el máximo a nivel instrumental, tanto en la técnica como en la imaginación y la cohesión con que se desarrolla la música.

Aunque las dos últimas canciones son también notables, obviamente la primera, "The Gates Of Delirium", es la que más loas ha recibido. Veintidós minutos de épica con una estructura y una fuerza admirables. Se trata de una reflexión sobre la guerra: al parecer inspirada en Guerra y paz de Tolstoi, explora las emociones y sentimientos de los combatientes de una batalla; desde el ánimo inicial, pasando por la furia del combate, hasta la decepción, la frustración y el deseo de que todo acabe. La música refleja toda una historia gracias al trabajo de Moraz a la hora de incluir atmósferas y efectos, el de Howe con una guitarra que reproduce cada imagen con un virtuosismo arrollador, el impresionante bajo casi jazzístico de Squire y la impactante labor percusiva de White. Introducción, batalla, lucha externa, lucha interna, caos absoluto y, por fin, la paz y la esperanza que, una vez agotada la ira, se desarrolla en "Soon", la última parte, conclusión adecuada para una obra magna y un bonito pasaje a base de sintetizador. El segundo tema, "Sound Chaser", es un derroche de virtuosismo, polirritmia y precisión instrumental. Por fin, "To Be Over", el tema más melódico, cierra el disco con una reflexión final inspirada por Hermann Hesse. Hacia el final, solo de teclado neoclásico, coros solemnes y los Yes desaparecen lentamente en un silencio nebuloso.

Con discos como éste, inevitablemente las descripciones se quedan cortas. El gozo estético y las sensaciones e imágenes sonoras que recrea son, quizá, de los más impresionantes y sublimes que uno puede encontrar en el ámbito del rock, al menos en mi experiencia personal.

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