jueves, 4 de enero de 2007

Joanna Newsom, Ys


(Drag City, 2006)

En Ys resuena a veces una belleza antigua y extraña, casi tradicional. Otras veces es más bien cinematográfico. Pero siempre preciosista, detallista, colorista y ensoñador como el arte de la portada. Su tono emocional tiene algo de ese sabor neutro del folk clásico que participa de la alegría y la tristeza.

El arpa y la voz singular de esta juglar moderna recorren el disco sin dejar lugar al silencio. Ella te cuenta historias sin parar y te vas enredando en sus complejas melodías que, con los pulcros arreglos de Van Dyke Parks, adquieren un tono sinfónico. La música de Joanna, aquí, es elaborada, delicada, luminosa, sensible. Por su voz, cercana y tierna, natural. Mientras la escuchas, pareces flotar en un sueño de historias emocionantes y bellos paisajes; al acabar, deja un regusto sutil.

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