(Nonesuch, 2013)
Devendra pasa del mundo y saca disquito adorable.
Un disquito adorable que es una colección de canciones redonditas y agradables y que suenan tan bien y tan de estar bien que lo escuchas una y otra vez y no cansa ni sobra ninguna, y te acompaña como una ventanita abierta por la mañana, por la que entra un aire fresco y bueno y los rayos del sol de Dios que derrite las últimas oscuridades del invierno, mientras limpias el polvo de la habitación, con una sonrisa y más relajadito que hace un momento.
Cuántas canciones bonitas tocadas y cantadas en calma, sin prisa, de mi paz a tu paz, así, así. Donde hay talento y luz, ya pueden pasar los años y las modas que lo bueno manará, porque sí. Ternura, flotar, belleza, despacito, sabiduría interior y amor, y ese ir madurando. "Für Hildegard von Bingen", "Never Seen Such Good Things", "Mi Negrita", la psicodelia hipnagógica de "Won't You Come Home", son aquí y ahora mismo las más bonitas, pero qué bien fluye de principio a fin. Gracias Devendra, por este disco primaveral tan necesario. Cada día me gustas más.